miércoles, 5 de octubre de 2011

PETER MURPHY @ SALA BIKINI


Esta noche hemos estado en la Sala Bikini de Barcelona disfrutando del concierto de Peter Murphy, bautizado por muchos como príncipe de la oscuridad, aunque a estas alturas y superados los 54 años podríamos rebautizarle como el rey de la oscuridad.

La verdad es que aún siendo muy fans del genio de Northampton, creemos que este ha sido uno de los conciertos más flojos que le hemos visto en la ciudad condal. Y es que pese a que el ex-líder de Bauhaus sigue manteniendo la forma física, el carisma y la voz de antaño, hay que señalar que a diferencia de otros conciertos, ésta vez no ha sabido o no ha podido conectar con un público entregado pero poco interesado en sus nuevas canciones y más pendiente de bailar y tararear los grandes clásicos del pasado.

Hay que destacar que tal y como señalan las crónicas del anterior concierto en Madrid, la banda que acompaña al Sr. Murphy en esta gira no ha estado a la altura de las circunstancias. Dejando de lado algunos problemas de carácter técnico, daba la impresión de que la banda y el vocalista iban a diferentes velocidades o jugaban en diferentes ligas.
En ningún caso la fuerza escénica y vocal del 'Rey Oscuro' era secundada ni acompañada por el resto de músicos.

La primera parte del concierto transcurrió sin pena ni gloria y en ella principalmente tocaron temas de Ninth, último disco del artista, como 'Velocity Bird', 'Memory Go' o 'Seesaw Sway' entre otros. Pero no fue hasta la parte final del concierto cuando Peter Murphy decidió poner toda la carne en el asador y tocar algunos de los himnos que han encumbrado al artista junto a los más grandes del género. Además de tocar grandes clásicos como 'Cuts You Up', 'All Night Long', 'I'll Fall With Your Knife' o 'Strange Kind Of Love', ésta última con guiños al clásico de Bauhaus 'Bela Lugosi's Dead' y 'Huuvola', tocaron en este tramo final quizá dos de los mejores temas del nuevo disco como son 'The Prince & Old Lady Shade' y 'I Spit Roses'. La energía de los grandes clásicos Murphynianos no solo empujó al público a cantar y bailar de forma desenfrenada, sino que pareció dar alas al grupo, especialmente a su líder que dejó detalles de su enorme clase y talento y consiguió que el público tararease e incluso corease los dos temas de su nuevo disco y la versión de Ziggy Stardust del gran David Bowie con las que puso punto y final a su paso por Barcelona.

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