Los primeros destellos de teclados y esas
suaves voces propias de Enya nos lo advierten ya de buenas a primeras, el
segundo álbum de Frankie Rose se nutre de referentes ochenteros. Guitarras
propias de Will Sergeant (Echo and the Bunnymen) o Steven Severin (socio de
Siouxsie en The Banshees), teclados New-Age
dispuestos a masajear tus oídos, baterías que parecen grabadas en una gruta… Lo
dicho, el manido libro de estilo del (buen) Pop 80’s. Pero ojo, no debe
entenderse todo esto como una rémora de cara al resultado final. Ni mucho
menos. “Interstellar” atina en casi todos sus objetivos.
Crece con cada escucha, envuelve con su atmósfera, y nos regala una
agradable voz, siempre impoluta. Enrolada anteriormente en proyectos de sonido
más enmarañado como puedan ser Vivian Girls, Dum Dum Girls o Crystal Stilts,
Frankie Rose clava en su segundo intento (el primero como Frankie Rose and The
Outs apenas tuvo repercusión) lo que por ejemplo The Organ no alcanzaban a
acertar unos años atrás. Un disco bastante redondo de sonoridades pelín
oscuras, ecos Post-Punk (las guitarras finales de “Night Swim”) y bellas
atmósferas, que se hace corto (poco más de media hora). Caramelos en su punto
justo de dulzor como “Pair of Wings” o singles trotones de oscuras guitarras escuela
Bauhaus, caso de “Know Me” convierten este en uno de mis discos más escuchados de
los últimos meses.
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